La dieta se relacionan como factor de riesgo o de protección contra las enfermedades degenerativas, por eso se debe basar en una alimentación saludable que mejore la salud y evite el riesgo de enfermedades crónicas. La alimentación diaria debe contener todos los nutrientes que el organismo necesita y debe estar adecuada a cada etapa de la vida, es decir, no debe ser igual en la infancia que en la vejez, ya que las necesidades son distintas. Como claves generales debe ser:
– Suficiente
– Variada
– Equilibrada
La dieta debe de contener muchos y variados alimentos y las calorías totales de la misma deben ser acordes a las necesidades, evitando tanto excesos como defectos. Por ejemplo el exceso de grasas saturadas se relaciona con enfermedades crónicas, así como las dietas hiperproteicas con desmineralización ósea.
![piramide](http://www.nhrnutricion.es/wp-content/uploads/2019/08/piramide.jpg)
Para que la alimentación sea equilibrada debe contener entre 55 y 60% de la energía en base a los hidratos de carbono, el 30-35% a partir de los lípidos y el 10-15% a partir de proteínas. Destacar la relación de la cantidad y la calidad de grasas e hidratos de carbono y el aporte de fibra en la prevención o aparición de enfermedades cardiovasculares. Las necesidades pueden variar con la edad, el sexo, la actividad física, enfermedades preexistentes y distintas situaciones fisiológicas ( embarazo, lactancia, crecimiento).
La Pirámide de la Alimentación Saludable de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) publicada en el 2004, nos sirve como referencia a la hora de llevar a cabo una alimentación saludable, de forma que los alimentos que aparecen en la parte inferior se deben de tomar con mayor frecuencia a los alimentos de la columna superior y asi hasta que los últimos que constituyen el vértice de la pirámide deben de ser los consumidos ocasionalmente. El consumo de agua debe ser de dos litros de diarios y se debe de llevara a cabo la realización de más de 30 minutos de actividad física diaria. Por otro lado las bebidas fermentadas de baja graduación (vino o cerveza) se pueden tomar de forma moderada y/o ocasional.